TINOS Y DESATINOS DEL ACUERDO MÉXICO—EEUU

TINOS Y DESATINOS DEL ACUERDO MÉXICO—EEUU

Analiza Ing. Fernando Padilla Farfán

Siempre se ha dicho que los Estados Unidos de Norteamérica no tiene amigos, tiene intereses.

El reciente acuerdo del Canciller mexicano Marcelo Ebrard con los representantes del gobierno del presidente Donald Trump, se puede ver desde diferentes puntos de vista; uno, favorables para México, otros no tanto.

Compartir frontera con uno de los países más poderosos de la tierra, en condiciones desiguales en lo económico, en lo político y en lo comercial,

ha generado históricas complicaciones para México. Aunque varios gobiernos mexicanos han intentado estructurar un plan estratégico con ventajas para ambos lados, hasta esta fecha no ha sido posible.

La declaración del presidente Andrés Manuel López Obrador de recibir con los brazos abiertos a migrantes centroamericanos y de otros países, a su arribo a tierras mexicanas, la convirtió Donald Trump en el argumento más importante de su campaña de cara a sus deseos de reelegirse.

El señor Trump, como buen mercader que es, supo explotar el sentimiento nacionalista del pueblo norteamericano. Les vendió la idea que la migración es el nuevo gran enemigo de su país. Les dijo que México estaría facilitando la invasión de extranjeros que pondrían en riesgo la paz y la tranquilidad de ellos. Les ofreció terminar con la amenaza. La oferta resultó tan atractiva como el tradicional Black Friday.

La segunda parte de la trama del multimillonario era anunciar medidas de castigo, para generar oleadas de reacciones que presionaran al gobierno mexicano, con el firme propósito que cediera a las exigencias planteadas. Donald Trump consideró que la mejor forma de coaccionar a México, sería utilizar como eje de sus discursos la promesa de elevar los montos arancelarios a diversos productos que se pretendieran vender a los EEUU. La reacción de los diferentes sectores mexicanos fue inmediata, hubo temores fundados.

Mientras acá se daba el clima de incertidumbre, el aspirante a ser reelecto obtuvo en partida doble lo que necesitaba: que los enviados del presidente López Obrador se comprometieran a atajar a los migrantes desde la frontera sur; y aceptar recibir en México a los miles de indocumentados que el vecino nos envíe en carácter de deportados. No se descarta que, ventajoso como es, Donald Trump haya conseguido otros beneficios como obligarnos a comprar, a través del famoso acuerdo, diversos productos agrícolas que producen los agricultores de aquellas tierras.

Parecía gastado el discurso que México pagaría el muro para tapar la entrada de migrantes al territorio de los vecinos del norte. El congreso no se lo aprobó. Sin embargo, en la mencionada negociación consiguió su propósito: México pagará el muro, con la variante que será de humanos. La guardia nacional y otras fuerzas del orden se encargarán de contener a los que pretendan entrar a territorio mexicano. 

Ya nos libramos del arancel, al menos por 45 días. No hay que perder de vista que Mr. Trump anda en campaña, y que no tan fácil desechará las estrategias de presión que, por lo pronto, le dieron resultados.

El problema migratorio es un fenómeno que se observa en muchos países del mundo incluso, en aquellos que se ubican entre los más desarrollados. Para resolverlo se requiere de acuerdos políticos y comerciales entre las naciones expulsoras y las receptoras de indocumentados, sin decisiones ventajosas para nadie.

Por lo pronto, ya estamos bajo la lupa del que anhela gobernar por segunda vez a los norteamericanos.

VISIÓN EXTRAVIADA EN EL SUPRAREALISMO

VISIÓN EXTRAVIADA EN EL SUPRAREALISMO

Analiza Ing. Fernando Padilla Farfán

Existen varios aspectos de nuestra cotidianidad que ante el juicio de investigadores extranjeros, evidentemente de países más adelantados, nos colocan en una posición a veces hasta cabizbaja. Dicen que parte de lo que hacemos cae en el terreno del suprarealismo puro, al grado que ya se han apuntado algunos investigadores universitarios para tratar de dilucidar de dónde provienen ciertas costumbres o hábitos que a los ajenos les causa curiosidad, porque pareciera que actuamos más por inercia o imitación, que por convicción propia.

En buscada plática con algunos de ellos, me explicaban que nosotros estamos tan acostumbrados a lo que decimos o hacemos, que no tan solo no nos percatamos del menoscabo que provocamos a nuestro crecimiento como personas. Y lo más contradictorio es que nosotros mismos fomentamos prácticas que nos afectan y que deterioran la marcha de la comunidad como tal. Arrastramos errores y equivocaciones que nos están convirtiendo en poco competitivos frente a otras sociedades  de mayor desarrollo.

Me decían, por ejemplo, que para todo tipo de reuniones, sociales o políticas, citamos una hora antes para llegar en punto una hora después. Si bien reconocen que aún no saben a qué se deba esto, argumentan que parte de esas atípicas costumbres pudieran (según ellos), tener origen en ese singular surrealismo que se encuentra en alguna parte de nuestra idiosincrasia.

Otro aspecto de nuestras costumbres que les parece una sinrazón, es el tema de las obras públicas. Dicen que es un contrasentido que se inauguren obras sin que estén listas para ponerlas en funcionamiento, cuando en otros países apenas se concluye una obra y sin esperar mucho, se lleva a cabo la puesta en operación para ser usada o disfrutada, de inmediato, por quienes resulten favorecidos  de manera directa.

Por supuesto que en México modificar esa tradición tan arraigada, no sería nada fácil, pero queda para la reflexión.

Sin embargo, las obras terminadas también padecen atrasos en la operación porque, absurdamente, tienen que esperar que el personaje designado para cortar el listón tenga el espacio requerido en su apretada agenda de compromisos. Mis interlocutores consideran que ante el criterio de la gente que no se explica ésta demora, entre más tiempo transcurra menos impacto tiene lo realizado. Es decir, el reconocimiento de la gente se diluye de manera proporcionalmente directa al tiempo que pasa antes de poner en servicio las obras en cuestión.

Ésta práctica, cuando se suma a las molestias que generan las obras en proceso, no abona a la imagen de quienes las realizan, como tampoco se establece ninguna correspondencia electoral, si esa fuera la intención. Ese suprarrealismo del cual hablaban nuestros ocasionales amigos, me hizo recordar lo que con particular asombro me platicaba un escritor recién radicado en uno de los mágicos pueblos  de Morelos. Narraba que acudió en busca de algún carpintero del lugar, así no fuera el mejor calificado por que la sencillez del proyecto no lo requería. Cuando por fin encontró uno, le entregó en una hoja de papel el dibujo de una mesa y una silla pero en perspectiva, para que el trabajador de la madera tuviera una idea objetiva de lo que tenía que hacer.

Cuando el personaje en cuestión fue a recoger el producto terminado (la mesa y la silla), no cupo en su asombro al ver una mesa con las patas traseras más cortas que las delanteras, la tabla superior más ancha del frente y más angosta en la parte posterior, y una silla en la que nadie podía sentarse por su chueca figura. Cuando el escritor preguntó por la irregularidad del mueble, el carpintero, seguro de lo que se le había ordenado, le mostró el dibujo en el papel que el propio escritor días antes le había entregado. Nuestro amigo cedió en su intento de explicarle al cumplido hombre qué era un dibujo en perspectiva. Sin discutir más se llevó ambas piezas para conservarlas como muestra de nuestra perspectiva social.  

Otro tema que tocaron es la adoración que profesamos a la muerte. Dijeron que  no es otra cosa que el reflejo de nuestro miedo a morir, por eso la personificamos, la festejamos y nos divertimos con ella. “Le temen, pero poco hacen para preservar la vida”.

Cuando se refirieron al bloqueo de las calles de cualquier ciudad, expresaron lo siguiente:

“Ustedes ocupan las calles por júbilo, por dolor, por que perdieron, por que ganaron. Asaltan las calles para celebrar, para exigir, para recordar. “El colmo es que ustedes también cierran calles para protestar por la protesta de otros”.

Sin embargo, agregan que nuestro problema no es de inteligencia. A su criterio somos indiscutiblemente inteligentes y creativos. “Lo que no tienen en abundancia es disciplina y puntualidad. Recuerdan que la disciplina y la puntualidad “a los japoneses les sobra”. “Si un japonés va a llegar tarde, avisa con dos días de anticipación”.

Bueno, pues ante tanta indirecta, empecemos por tomar como propia la disciplina hasta convertirla en actitud.

TESLA NOS CAMBIÓ LA VIDA

Por Ing. Fernando Padilla Farfán

Según Fernando Padilla Farfán, Nikola Tesla fue un hombre con una visión de gran profundidad. Viajó a través del tiempo; visualizó con mucha claridad hacia dónde debía dirigir su inventiva.

La vida de Tesla mereció ser estudiada por sus sesgos increíbles. Sus biógrafos argumentan que el inventor estaba obsesionado con los viajes en el tiempo.

Nikola Tesla descubrió, en 1895, que el espacio y el tiempo podían verse influenciados por el uso de un campo magnético. 

Otros descubrimientos lo llevaron a la conclusión con respecto a la naturaleza del tiempo y las posibilidades de poder viajar a través del tiempo. Es decir, aseguró que el tiempo y el espacio pueden deformarse para crear una escotilla que puede conducir a otro tiempo.

La primera experiencia que Tesla tuvo con viajar en el tiempo ocurrió en 1895.

Un reportero del New York Herald relato que encontró al inventor sentado en un café después de que acababa de ser alcanzado por 3.5 millones de voltios de electricidad.

Tesla inventó la radio (aunque el crédito formal fue para Guglielmo Marconi). Inventó también el bulbo, los rayos X, las lámparas de neón, el motor eléctrico, telecomunicaciones inalámbricas. Y otros más. Sus inventos modificaron las cosas en el mundo entero.

Tesla es una figura fundamental de la historia del progreso. Sus descubrimientos, inventos, aportaciones y vaticinios facilitaron el desarrollo de la civilización eléctrica.

Fue pionero en tecnologías visionarias para su época como la robótica, los aviones de despegue vertical, las armas teledirigidas, las lámparas de bajo consumo, las energías alternativas o la transmisión inalámbrica de electricidad.

Su madre fue una gran fuente de inspiración. Fue una persona muy imaginativa que inventaba aparatos domésticos para facilitarle la vida. Su padre fue un sacerdote ortodoxo que siempre quiso heredarle su vocación.

Unas de las frases más conocidas de Nikola Tesla fueron, entre otras, las siguientes.

“Nuestras virtudes y nuestros defectos son inseparables, como la fuerza y la materia. Cuando se separan, el hombre deja de existir”.

“El desarrollo del hombre depende fundamentalmente de la invención. Es el producto más importante de su cerebro creativo”.

Fernando Padilla Farfán concluye que Tesla es más que coches eléctricos y energía solar.

VISIÓN EXTRAVIADA EN EL SUPRAREALISMO

Escribe Ing. Fernando Padilla Farfán

Existen varios aspectos de nuestra cotidianidad que ante el juicio de investigadores extranjeros, evidentemente de países más adelantados, nos colocan en una posición a veces hasta cabizbaja. Dicen que parte de lo que hacemos cae en el terreno del suprarealismo puro, al grado que ya se han apuntado algunos investigadores universitarios para tratar de dilucidar de dónde provienen ciertas costumbres o hábitos que a los ajenos les causa curiosidad, porque pareciera que actuamos más por inercia o imitación, que por convicción propia.


En buscada plática con algunos de ellos, me explicaban que nosotros estamos tan acostumbrados a lo que decimos o hacemos, que no tan solo no nos percatamos del menoscabo que provocamos a nuestro crecimiento como personas. Y lo más contradictorio es que nosotros mismos fomentamos prácticas que nos afectan y que deterioran la marcha de la comunidad como tal. Arrastramos errores y equivocaciones que nos están convirtiendo en poco competitivos frente a otras sociedades de mayor desarrollo.


Me decían, por ejemplo, que para todo tipo de reuniones, sociales o políticas, citamos una hora antes para llegar en punto una hora después. Si bien reconocen que aún no saben a qué se deba esto, argumentan que parte de esas atípicas costumbres pudieran (según ellos), tener origen en ese singular surrealismo que se encuentra en alguna parte de nuestra idiosincrasia.
Otro aspecto de nuestras costumbres que les parece una sinrazón, es el tema de las obras públicas. Dicen que es un contrasentido que se inauguren obras sin que estén listas para ponerlas en funcionamiento, cuando en otros países apenas se concluye una obra y sin esperar mucho, se lleva a cabo la puesta en operación para ser usada o disfrutada, de inmediato, por quienes resulten favorecidos de manera directa.


Por supuesto que en México modificar esa tradición tan arraigada, no sería nada fácil, pero queda para la reflexión.
Sin embargo, las obras terminadas también padecen atrasos en la operación porque, absurdamente, tienen que esperar que el personaje designado para cortar el listón tenga el espacio requerido en su apretada agenda de compromisos. Mis interlocutores consideran que ante el criterio de la gente que no se explica ésta demora, entre más tiempo transcurra menos impacto tiene lo realizado. Es decir, el reconocimiento de la gente se diluye de manera proporcionalmente directa al tiempo que pasa antes de poner en servicio las obras en cuestión.


Ésta práctica, cuando se suma a las molestias que generan las obras en proceso, no abona a la imagen de quienes las realizan, como tampoco se establece ninguna correspondencia electoral, si esa fuera la intención. Ese suprarrealismo del cual hablaban nuestros ocasionales amigos, me hizo recordar lo que con particular asombro me platicaba un escritor recién radicado en uno de los mágicos pueblos de Morelos. Narraba que acudió en busca de algún carpintero del lugar, así no fuera el mejor calificado por que la sencillez del proyecto no lo requería. Cuando por fin encontró uno, le entregó en una hoja de papel el dibujo de una mesa y una silla pero en perspectiva, para que el trabajador de la madera tuviera una idea objetiva de lo que tenía que hacer.


Cuando el personaje en cuestión fue a recoger el producto terminado (la mesa y la silla), no cupo en su asombro al ver una mesa con las patas traseras más cortas que las delanteras, la tabla superior más ancha del frente y más angosta en la parte posterior, y una silla en la que nadie podía sentarse por su chueca figura. Cuando el escritor preguntó por la irregularidad del mueble, el carpintero, seguro de lo que se le había ordenado, le mostró el dibujo en el papel que el propio escritor días antes le había entregado. Nuestro amigo cedió en su intento de explicarle al cumplido hombre qué era un dibujo en perspectiva. Sin discutir más se llevó ambas piezas para conservarlas como muestra de nuestra perspectiva social.


Otro tema que tocaron es la adoración que profesamos a la muerte. Dijeron que no es otra cosa que el reflejo de nuestro miedo a morir, por eso la personificamos, la festejamos y nos divertimos con ella. “Le temen, pero poco hacen para preservar la vida”.


Cuando se refirieron al bloqueo de las calles de cualquier ciudad, expresaron lo siguiente:
“Ustedes ocupan las calles por júbilo, por dolor, por que perdieron, por que ganaron. Asaltan las calles para celebrar, para exigir, para recordar. “El colmo es que ustedes también cierran calles para protestar por la protesta de otros”.


Sin embargo, agregan que nuestro problema no es de inteligencia. A su criterio somos indiscutiblemente inteligentes y creativos. “Lo que no tienen en abundancia es disciplina y puntualidad. Recuerdan que la disciplina y la puntualidad “a los japoneses les sobra”. “Si un japonés va a llegar tarde, avisa con dos días de anticipación”.
Bueno, pues ante tanta indirecta, empecemos por tomar como propia la disciplina hasta convertirla en actitud.

FERNANDO PADILLA FARFÁN ACLARA SOBRE POSIBILIDAD QUE ROBOTS DOMINEN AL MUNDO.

Si bien es cierto que a los robots se les puede programar para realizar tareas que requieran precisión, y para que escojan alternativas de aparente decisión propia; no podrían tomar decisiones que pusieran en riesgo la vida de las personas, si para ello no se les hubiera programado.

Es indudable que los robots pueden ser más eficientes y más precisos que los humanos para llevar a cabo determinadas tareas. Sin embargo, hay muchos aspectos de la vida que solo los humanos pueden realizar, por ejemplo: la creatividad, la empatía y la intuición. Estas habilidades sería imposible que los robots las pudiesen realizar.

Es innegable que en un futuro no muy lejano los robots se vuelvan más avanzados y poderosos; pero siempre estarán sujetos a la supervisión y control humano.

ELON MUSK IMPLANTARÁ CHIPS EN LA CABEZA DE HUMANOS.

Fernando Padilla Farfán confirma la noticia de que la compañía Neuralink del visionario Elon Musk, está fabricando chips para ser implantados en cerebros de humanos después de hacer unas pruebas.

En 2021, la empresa de Musk implantó chips en la cabeza de un mono. Se le hicieron pruebas y mostró habilidades extraordinarias como controlar con la vista un videojuego.

Las siguientes pruebas serán con humanos una vez que obtenga la autorización de la FDA (Food and Drug Administration), ante quien ha iniciado los trámites correspondientes.

El chip, cuyo tamaño es el de una moneda de 25 centavos de dólar, servirá para monitorear la salud de las personas que se realicen el implante.

Entre los beneficios que aportaría a las personas estarían los siguientes: medir la temperatura para saber si habrá fiebre para combatirla antes de que se presente. Detectar una apoplejía ya que existiría una variación en los impulsos cerebrales.

También se han programado los chips para restaurar la visión a las personas que nunca hayan visto en su vida. Gran expectativa está despertando el anuncio. Pronto sabremos de los bondadosos resultados.

#fernandopadillafarfan